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23 Abril 2019
El Banco alcanzó una utilidad histórica. Además, en la Junta Ordinaria de Accionistas se conocieron los proyectos de inversión para los próximos ejercicios.
Como un “año especial en la historia del Banco” definió el presidente de Santander Chile, Claudio Melandri, a 2018. Y es que durante el ejercicio pasado “conseguimos excelentes resultados financieros al mismo tiempo que avanzamos significativamente en los distintos aspectos de nuestro plan estratégico, sin perder nunca el foco de nuestro quehacer: ayudar a las personas y empresas a progresar”, sostuvo. En efecto, el Banco alcanzó $596.262 millones en utilidades consolidadas, lo que significa un retorno sobre patrimonio de 19,2%, resultado de la combinación de una mayor actividad producto del crecimiento de la economía -en especial de la inversión- y de la ejecución de la estrategia.
Junto con resultados históricos, durante el año pasado se definieron los proyectos de inversión para los próximos ejercicios y que dejan de manifiesto que Santander seguirá innovando en la forma de hacer banca. Entre los más importantes se encuentra el crecimiento del crédito, para lo cual se expandirá el balance de préstamos entre 8% a 10%, lo que significa aumentar los activos en más de US$4.300 millones este año.
Al mismo tiempo, Santander se encuentra en medio de un plan de transformación digital, con inversiones por más de US$380 millones de cara al trienio 2019-2021, entre otros, para expandir las nuevas oficinas Santander Select Private Banking junto con modernizar algunas sucursales al formato Work/Café. En efecto, para el cierre del año se espera contar con 60 oficinas de este tipo a lo largo del país, que se mantienen como una de las mayores innovaciones de la banca local, tanto así que el Grupo ha abierto Work/Cafés en Brasil, Portugal, España, Argentina, Polonia y próximamente en Reino Unido.
Otro ítem a considerar son las inversiones en ciberseguridad, que sumarán US$20 millones para el año en curso.
Melandri también abordó la implementación de una nueva red de adquiriencia “con el fin de mejorar, modernizar y expandir el mercado de tarjetas en Chile. Queremos multiplicar el alcance del pago electrónico y disminuir el pago en efectivo con un sistema masivo, pero seguro. Esto significa un importante desafío de llenar el país de POS para que cualquier emprendedor o comerciante pueda ofrecer pagar con tarjetas”, sostuvo.
Como complemento de lo anterior, el ejecutivo adelantó el lanzamiento de la nueva tarjeta de prepago Superdigital “que dará la oportunidad a todos de llevar dinero consigo sin tener que recurrir al efectivo. Con esta tarjeta todos van a poder acceder a los beneficios de una economía más digital y los clientes no bancarizados podrán suscribirse a plataformas como Spotify, Netflix, Uber, etc.
Queremos que todos los chilenos tengan acceso a las nuevas tecnologías, moviéndose a ser un país más digital”.
En el balance del año, los préstamos totales aumentaron 9,2% en 2018, un crecimiento casi cinco veces mayor al de 2017. Con esto, el Banco terminó el año con una cuota de mercado en créditos totales de 18,6%, manteniendo una sólida posición como banco líder de la industria chilena. En el desglose, los créditos comerciales se expandieron 9,6%, liderados por colocaciones a empresas (+13,5%). Por su parte, las de consumo e hipotecarias crecieron 7,0% y 11,6%, respectivamente.
En tanto, el ratio de Basilea terminó en 13,4% con una relación de core capital que terminó el período en 10,6%. Uno de los aspectos en los que se continuó trabajando durante el año fue en la calidad de servicio, siendo los servicios digitales un factor que ha permitido contar con la lealtad de los clientes. De hecho, Santander es el banco privado con la mayor cantidad de clientes de este tipo, y que hoy superan el millón. Otra cifra que refleja la fortaleza de estas plataformas es que un tercio de todas las operaciones de crédito de consumo ya se venden a través de la App del Banco.
Por último, pese a que en 2018 las bolsas globales tuvieron caídas, la acción del Banco obtuvo un retorno de 12%, sumando el dividendo pagado durante el año, muy superior a la rentabilidad del IPSA.
Los proyectos de inversión serán financiados, en parte, por depósitos y bonos. Sin embargo, para mantener los sólidos niveles de capital sobre 10,5% y no afectar la clasificación de riesgo, se propuso un ajuste a la política de dividendos, destinando el 60% de la utilidad del ejercicio 2018 al pago de estos y el 40% restante a incrementar las reservas. De esta manera, el dividendo asciende a $1,88457837 por acción, equivalente a un retorno para los accionistas de 3,7%, tomando como referencia el precio de la acción al cierre del 15 de abril pasado.
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