Trabajadores chilenos tiene más expectativas positivas que miedos sobre el nuevo ciclo social y político

Los trabajadores chilenos se muestran muy dispuestos a trabajar en un ambiente laboral diverso, según una investigación denominada “Expectativas, temores, y urgencias sobre el mundo del trabajo” elaborada por “Panel Ciudadano”, de la Escuela de Gobierno de la Universidad del Desarrollo, y Banco Santander.

El estudio también indagó sobre la visión de los consultados del nuevo ciclo en que se encuentra el país, constatando que la mayoría posee un sentimiento de esperanzas y expectativas positivas frente a la nueva etapa política y social que se inicia.

El trabajo se realizó durante la segunda semana de enero de 2022, y se efectuó en dos etapas, para poder profundizar en determinadas temáticas. El tamaño de la muestra fue de 1.200 individuos y la tasa de respuesta fue de 85% (1022 individuos), siendo el error máximo para un nivel de confianza de 95% de 3,1%.

María Eugenia de la Fuente, gerente División Personas, Comunicaciones y Sostenibilidad de Santander Chile, afirmó que “para el Banco las personas y los colaboradores están en el centro de nuestro accionar y por eso es fundamental conocerlos en profundidad. Saber qué los moviliza, cuáles son sus aspiraciones, temores y preocupaciones. En este contexto y en alianza con el Panel Ciudadano de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo, llevamos adelante este estudio, el que nos entrega una radiografía de lo que piensan hoy los colaboradores de las empresas acerca del mundo del trabajo”.

El decano de la Facultad de Gobierno de la UDD, Eugenio Guzmán, presentó este estudio, que fue comentado por un panel compuesto por el subsecretario del Trabajo, Fernando Arab; la académica de la Universidad Adolfo Ibáñez, Andrea Repetto y por María Eugenia de la Fuente. 

En cuanto al ciclo político que comienza, el estudio consultó, en una pregunta abierta, sobre cuáles son los sueños, esperanzas o expectativas que se tienen con respecto al trabajo. Tres fueron los principales deseos y esperanzas futuras de los encuestados: aumento de sueldos (28%); estabilidad económica y social, que potencie a los trabajadores y trabajadoras (27%) y más oportunidades laborales (11%). Otros deseos que surgieron fueron la igualdad de sueldos hombres y mujeres (10%) y que se reduzca la jornada a 40 horas (6%).

En términos de las expectativas también se nota una clara inclinación de las personas a contar con un entorno laboral dinámico y con aportes concretos a su situación personal. Del mismo modo, hay un deseo de que las empresas crezcan y al mismo tiempo potencien las oportunidades y el bienestar de los trabajadores. Los chilenos quieren jornadas de trabajo menos extensas, aunque aparezca con menores menciones la medida específica de las 40 horas.

 “Frente a la pregunta de qué sueños, esperanzas o expectativas tiene con respecto a su trabajo, surge el yo espero, sueño o tengo esperanza que mi sueldo aumente; que las empresas crezcan, pero que también protejan a los trabajadores. O sea, que haya elementos compartidos en términos de crecimiento. El mejor trato al interior de las empresas es también una expectativa que surge entre los entrevistados”, comentó el decano de la escuela de Gobierno de la UDD, Eugenio Guzmán.

El valor de la inclusión
Sobre la base de la encuesta, la UDD y el Santander construyeron un Índice de Disposición a la Inclusión, con puntajes que van del 0 al 30. 

El 53% de los chilenos obtuvo puntajes superiores a 25 en su disposición a integrar equipos de trabajos con multiplicidad de características de sus compañeros.

El índice consideró las respuestas en temas como el trabajo de hombres y mujeres en un mismo equipo, la convivencia de personas con distintas capacidades, la labor mancomunada de distintas edades, la colaboración de formaciones profesionales diferentes, de la diversidad sexual y de trabajadores de distintos países.

Al analizar por cada una de estas temáticas, hay diferencias en cuanto a aquellas que los encuestados ven como las más importantes. Es así como la integración entre hombres y mujeres en los equipos es la que obtiene la primera preferencia por parte de los entrevistados, con el 37%.

El 19% de los entrevistados consideró que la más importante es que trabajen personas con capacidades diferentes; el 17% de los entrevistados se inclinó como la prioritaria que trabajen personas de distintas edades en los equipos; 14% optó por trabajadores con formaciones distintas en los equipos de trabajo. 

Más atrás, el 6% consideró que lo más importante es que trabajen personas con distintas orientaciones sexuales y el 2% afirmó que haya trabajadores de distintos países como lo más importante.

Los temores alrededor del trabajo
En cuanto a los miedos que declaran las personas en sus trabajos, la pérdida del empleo o desempleo es el más alto, con 32%. En segundo lugar, el 13% afirma que uno de los mayores temores es el no ser valorado, el 10% que haya inestabilidad laboral y el 9% que el sueldo no alcance.

¿Qué acrecienta los miedos en el trabajo? Tanto el endeudamiento como la enfermedad son las explicaciones más frecuentes de por qué se le teme a la cesantía. El 32% consideró que le atemoriza que el desempleo ocurra cuando se “enfrentan muchas deudas” y el 29% que se produzca cuando alguien del hogar tenga alguna enfermedad.

Consultadas las personas a qué podría deberse un aumento del desempleo a futuro, el 27% contestó a malas políticas de gobierno, el 27% a la crisis económica internacional, el 21% a la llegada de inmigrantes, el 15% a la pandemia y el 10% a la falta de capacitación en el uso de nuevas tecnologías.

Es interesante constatar que, en el caso de los inmigrantes, el temor a que causen

desempleo es sustancialmente mayor a su relevancia desde el punto de vista de la inclusión. Esto puede estar indicando cierta ambivalencia respecto a la inmigración y una “disposición no incluyente oculta”. Este hecho se hace mucho más significativo en los grupos socioeconómicos C3 y D-E y mucho menor en el ABC1, de acuerdo con el estudio realizado.  

En cuanto a los temores, la encuesta constató que las personas no ven como amenazantes las nuevas tecnologías. Solo el 18% consideró que estas nuevas tecnologías son una amenaza para conseguir nuevos empleos y una amplia mayoría (56%) considera que es una oportunidad para capacitarse en nuevos oficios.

El subsecretario del Trabajo, Fernando Arab, comentó que “cuando uno ve los desafíos del mundo del trabajo, yo menciono al menos cuatro: cambios demográficos, somos un país que está envejeciendo demasiado rápido. Vamos a duplicar nuestra población de adultos mayores en los próximos 20 años. Lo que en Inglaterra tardó 75 años y en Estados Unidos, 65 años, a Chile le tomará 20 años. Un segundo desafío es el cambio climático; un tercero, el cambio tecnológico, que lo vemos recogido en esta encuesta. Y el cuarto gran desafío es el fenómeno migratorio y los datos así lo evidencian”.

¿Qué pueden hacer las empresas?
Lo más importante para la población general en cuanto a qué pueden hacer los empleadores para facilitar el trabajo y hacerlo más agradable, la respuesta mayoritaria es ser valorado, incluido y respetado (22%). Esta necesidad es más alta entre los hombres, ya que las mujeres tienen preferencia por mayor flexibilidad y jornadas más cortas.

Trabajar menos horas concentró un apoyo importante (20%) y el 18% se inclinó por que le suban el sueldo. El 13% dijo que exista más flexibilidad y la posibilidad de trabajar en la casa.

Con respecto a cuál sería la práctica laboral más importante que incluyeran las empresas, el 28% se inclinó por igualdad salarial para hombres y mujeres en el mismo cargo, porcentaje que sube a 32% en el caso de las mujeres. El 27% se inclinó por flexibilidad para compatibilizar trabajo y familia, sin grandes diferencias entre hombres y mujeres; el 12% que haya posibilidades de crecer en la empresa, el 11% que exista apoyo monetario y de tiempo para estudiar. Hay un 9% que dijo que no se requieren cambios en su trabajo.

“La igualdad de género es algo que ha ido permeando a la sociedad, en distintos ámbitos. Hay factores culturales que se traducen, por ejemplo, que las mujeres usualmente llevan una doble carga, las que trabajan también gastan muchas horas de su vida en el cuidado del hogar. Un segundo ámbito tiene que ver con estas dificultades específicas que tiene la mujer en el mercado laboral, por ejemplo, el artículo 203 del código del trabajo, que deja en las empresas la carga de la sala cuna siempre que haya mujeres trabajadoras, no así familias con hijos”, expuso entre otros puntos la economista Andrea Repetto sobre la demanda por equidad de género en el mundo laboral.    

Respecto a cuál se los siguientes temas lo haría que se sintiera más reconocido en su trabajo, el 27% se inclinó por recibir bonos de desempeño; el 21% por hacer una carrera en la empresa y ascender, el 21% por recibir apoyo para financiar capacitación o estudios en forma permanente; el 13% que tengan representación en las instancias donde se toman decisiones y un 13% una jefatura más empática y cercana. El 3% respondió que poder participar de la propiedad.

María Eugenia de la Fuente afirmó sobre el rol de la empresa: “tenemos que fortalecer el sentido de pertenencia, que hoy es un gran desafío para nosotros, cómo mantener el compromiso con gente que de alguna forma está tan lejos. La comunicación empática y oportuna. Hoy día necesitamos líderes mucho más empáticos, que sean capaces de escuchar y de transmitir sentido de lo que se hace. Ahí viene un gran desafío es que las empresas llenemos de sentido lo que hacemos a diario y que cada uno sienta ese desafío y ese propósito que tenemos, que en el caso del Santander nosotros lo declaramos y que es que nosotros ayudamos a progresar a las personas y las empresas”, concluyó.