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21 Junio 2017
La actividad congregó a dirigentes de TECHO, pobladores, autoridades y representantes de las empresas que han apoyado a la fundación, entre ellas Santander.
Una emotiva ceremonia se vivió ayer en Espacio Riesco, donde más de 800 personas se reunieron para celebrar los 20 años de TECHO Chile, iniciativa que busca superar la situación de pobreza que viven miles de familias en los campamentos del país.
La actividad congregó a dirigentes y miembros históricos de TECHO, entre ellos los ex capellanes Felipe Berríos y Cristián del Campo; pobladores, autoridades de gobierno y los máximos representantes de las empresas que han brindado su apoyo desde sus inicios a la fundación, entre las que destaca Banco Santander.
En esa línea, TECHO Chile quiso hacer un reconocimiento a Santander por el compromiso que ha demostrado durante este período e hizo entrega de una mediagua en miniatura a Claudio Melandri y Paulo Molina, símbolo del trabajo conjunto que han desarrollado durante estas dos décadas.
“Hemos estado junto a TECHO desde sus inicios, ya que la labor que ahí se desarrolla está muy relacionada con la misión que tenemos en Santander, que es la de ayudar a progresar a las personas. Como empresa nos hemos tomado muy en serio este rol y nuestros colaboradores también lo han hecho: Son varios los que a lo largo de estos años se han sumado como voluntarios en las distintas iniciativas que TECHO Chile ha llevado a cabo a lo largo del país”, señaló Claudio Melandri.
Durante el encuentro, los asistentes pudieron escuchar testimonios de distintas personas ligadas a la organización que explicaron los avances que se han logrado en estos 20 años, pero que aún no son suficientes para la erradicación definitiva de los campamentos. Es más, hoy existen más de 38 mil familias viviendo bajo esta condición, sin acceso a servicios básicos ni a una vivienda definitiva.
“Este es un día para celebrar por todo lo que hemos logrado, pero también es un día para pedir perdón porque aún no hemos conseguido terminar con los campamentos”, dijo Juan Cristóbal Beytía, capellán de TECHO.
Al término de la ceremonia, Beytía invitó a los asistentes a subirse al escenario y sujetar una cinta, sin cortarla, para de este modo dar cuenta que la tarea que comenzaron hace 20 años en Curanilahue y que hoy se ha expandido a diferentes países de Latinoamérica aún no ha terminado. “Una vez que lo logremos seremos los cesantes más felices del planeta”, puntualizó.
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