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28 Noviembre 2018
A través de este curso, los estudiantes pudieron acercarse a esta realidad y obtener las herramientas necesarias para comunicarse adecuadamente con esta comunidad.
En Banco Santander la inclusión se vive entre sus colaboradores. Más de 70 funcionarios realizaron el primer taller de Lengua de Señas, impartido por una persona con discapacidad auditiva, lo que les permitió acercarse a esta realidad y obtener las herramientas necesarias para que los estudiantes sepan cómo comunicarse con esta comunidad.
Este curso se enmarca dentro de las diversas iniciativas de la política de inclusión del Banco, que también contempla una encuesta de inserción de personas con discapacidad en la que participaron más de 4.000 colaborares este año.
La lengua de señas es el idioma de la comunidad sorda y se puede aprender de manera natural y espontánea. “No es una traducción del español hablado, sino que es un idioma con una estructura y gramática propia que se constituye en una dimensión viso-espacial, lo que la hace un sistema lingüístico autónomo”, destacó Javiera Mujica, profesora del curso y miembro de la comunidad sorda.
“Abordamos directamente la lengua de señas, tanto a nivel teórico como práctico, la idea es que las personas practiquen y vayan soltando sus manos, cuerpo y rostro para poder comunicarse. Espero que quienes participen vayan logrando establecer pequeñas conversaciones con personas sordas en lengua de señas: saludar, mantener diálogos breves, entregar indicaciones o información relevante. Eso permite que cuando se encuentren con alguien sordo, tengan ganas de acercarse y comunicarse”, reafirmó Javiera Mujica.
Daniela Salas, ejecutiva de VOX de Banco Santander, comentó que “tengo un pariente que es sordo y es muy poco lo que yo lograba entender. Mi propósito fue poder comunicarme con él y no hacerlo sentir diferente a los demás. Siento orgullo de esta iniciativa que impulsa el Banco”.
Alejandro Muñoz, analista de Riesgo Portfolio Manager BEI & CIB, agregó que “es impactante darse cuenta de las tremendas capacidades que tienen las personas que nosotros llamamos discapacitados. Lo mejor es saber que ahora cuento con una herramienta que puedo seguir perfeccionando y que me permitirá ser un aporte a la sociedad para la inclusión de las personas con discapacidad auditiva. Iniciativas como éstas son una clara señal de que el Banco está migrando a ser cada día más inclusivos”.
“Parte fundamental de los cursos es que podemos transmitir no solo palabras, sino la cultura y forma en que una persona sorda se comunica, que no tiene una correlación con el español, porque es aprender otra lógica de comunicarse y eso es lo entretenido del curso. Poco a poco las personas se van dando cuenta que lo más importante no es solo saber muchas palabras, sino entender cómo entregar el mensaje de manera correcta”, destacó Javiera.
Contrario a lo que muchos pueden pensar, la lengua de señas no es universal. Es decir, la chilena es diferente a la argentina, peruana o brasilera. Si bien hay una lógica común, las señas se constituyen en acuerdos de la comunidad, por lo que es el vocabulario, la forma de expresar y las señas las que van cambiando, aunque en la actualidad se está trabajando en un sistema de señas internacional.
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